Amor dañado

Cuando te conocí, no fue mi primera opción quererte, me gustaste, y quise conocerte. Con el paso de los meses comencé a extrañarte y un día después de tanto mirarte decidí enamorarme. Al buscar en mi memoria las cosas que de ti admiraba, poco a  poco fui descubriendo mas detalles que me ataban. Te escribí varios poemas, y algunos te los entregué. Y fue toda una sorpresa cuando decidiste conocerme. Abrazador como eres, me llevaste a tu casa y buscaste mil maneras de besarme y acercarte. Te dejé invadir mi espacio, lo mismo que mis pensamientos y desde entonces sigo admirando la belleza que en ti encontré.
Pero el problema no es lo que yo siento, sino como percibes la vida, eso es lo que nos separa. Por más que te muestro lo que llevo dentro sigues siendo inalcanzable. Y puedes entregarme tu cuerpo y seguir igual de distante. Yo no estoy incluida en tus planes, no paso de ser una distracción a problemas que desconozco. Sigo siendo el resultado de una situación improvisada. No merezco el estatus de una persona importante, "una pareja", "un amor". En tu mundo de suma cero, donde o ganas o pierdes, yo no represento una buena inversión. Y pensar que eres realmente  maravilloso cuando muestras tu lado amable, cuando eres protector, detallista y dedicado. Pero esas ocasiones son tan escasas que parecen más dádivas que carácter. A menudo siento que te inspiro más lástima que afecto, porque sueles mirarme y preguntarme cómo me siento,  pobre negrita rota, que no se cansa de ser rechazada. A quién esperaste tanto tiempo, cuánta vida mal gastada. Sin ahorros, sin casa, sin un progreso real, vengo a ser mas una carga que una compañía deseada. Era tanta la ilusión que me hice con tenerte, que olvidé observar lo que decían tus acciones, mi amor estaba condenado desde el día en que comenzó, fue un amor dañado de esos que traen dolor. En mi entrega desmedida, me perdí y no supe cuándo, ahora debo desandar un camino solitario. Y ver las muecas que la vida me muestra sonreída.