Anne y Helen: Una Maestra Admirable!
Anne Mansfield Sullivan nació el
14 de abril de 1866 en una familia pobre en Feeding Hillsy en el estado de
(Massachusetts). Sus padres fueron Thomas Sullivan y Alice Cloesy, quienes
llegaron a Estados Unidos desde Irlanda, como consecuencia de la Gran hambruna
irlandesa. Su madre padecía de tuberculosis y murió cuando Ana tenía ocho años.
Cuando su madre murió sus dos hermanos (María y Jimmie) fueron enviados a vivir
con otros parientes y Anne permaneció en el hogar para cuidar a su padre.
Después de un tiempo los
parientes no podían seguir con el cuidado de los niños, y Anne no podía seguir
más a su padre. Enviaron a los dos niños a la casa de niños pobres del condado
en Tewksbury, Massachusetts. Allí murió Jimmie afectado por una tuberculosis de
cadera.
Anne Sullivan había contraído una
enfermedad llamada tracoma, la cual deterioró su vista. Estuvo en la Escuela de
Perkins para los Ciegos en Boston, en donde se le hicieron muchas operaciones
para tratar su enfermedad. Su vista mejoró y llegó a ser una estudiante
ejemplar, graduándose con honores.
Para ayudar a otros niños ciegos,
Anne aprendió el alfabeto manual y trabajó con una chica ciega y sorda llamada
Helen Keller. Esta experiencia le serviría para el futuro. Fue una mujer
extraordinaria y es mejor conocida como la maestra de Helen Keller.
Helen Keller nació el 27 de junio
de 1880 en Tuscumbia, una pequeña ciudad rural de Alabama, Estados Unidos. Su
sordoceguera fue causada por una fiebre en febrero de 1882 cuando tenía tan
solo 19 meses de edad. Los doctores en su tiempo la llamaron "fiebre del
cerebro", mientras que los médicos de hoy piensan que pudo haber sido
escarlatina o meningitis.
Cualquiera que fuera la
enfermedad, por muchos días lo único que se esperaba es que Helen muriera.
Cuando la fiebre bajó, la familia se puso feliz creyendo que su hija iba a
estar bien otra vez. Sin embargo, la madre de Helen pronto notó que su hija no
podía responder cuando sonaba la campana de cena, o cuando pasaba su mano
delante de los ojos de niña. Llegó así a ser evidente que la enfermedad de
Helen la había dejado ciega y sorda.
Su incapacidad para comunicarse
en tan temprana etapa de desarrollo fue muy traumática para ella y su familia. Debido
a esto, estuvo prácticamente incontrolable por un tiempo. Los siguientes años
fueron muy difíciles para Helen y su familia. Se hizo una niña muy difícil,
aventaba los platos y lámparas y aterrorizaba la casa entera con rabietas,
gritos y su mal genio. Los parientes la miraban como un monstruo.
Cuando Helen tenia seis años, su
mama leyó un libro de Charles Dikens que contaba el trabajo increíble hecho con
la niña Laura Bridman, también sordociega. Así que su familia -y ella misma- no
se resignaron con su destino, y lo fueron superando a fuerza de voluntad y
constancia, y gracias también a tutores y amigos que la ayudaron.
Los padres de Helen solicitaron
la ayuda de Michael Anagnos, director del Acilo para ciegos de Massachussets y
del célebre Alexander Graham Bell. Con la ayudas de este encontraron a la
profesora Anne Sulllivan quien con gran dedicación
alcanzara la vital rehabilitación de la niña.
Sullivan se trasladó a Tuscumbia,
Alabama, donde conoció a su nueva alumna, Helen Keller. La primera vez que la
profesora Anne Sullivan visitó la casa de los Keller, Helen puso sus manitas
sobre la cara y el vestido de la maestra, trataba de abrir su bolsa. Costó mucho
trabajo quitársela pues luchaba caprichosamente por tenerla. La señorita Sullivan
le dio entonces una muñeca y ella se sentó a jugar con ella.
La primera evidencia del esfuerzo
que hizo Anne Sullivan para que Helen pudiera ser feliz, está unida a ese juguete, cuando la pequeña ciega, sorda
y muda la acunaba en sus brazos, porque fue justamente “muñeca” la primera palabra
que la niña aprendió.
Cuando Helen llevaba unos minutos
realizando esa maniobra, la profesora le tomó la mano y deletreo en la palma
m-u-ñ-e-c-a, escribiendo cada letra en la palma de la mano de la niña, que se
mostró interesada en los extraños movimientos y trató de imitar el recorrido de
los dedos de la maestra. Esa fue la primera vez que alguien intentara enseñar a
Helen Keller.
La señorita Sullivan le enseñó la
palabra “agua” mediante la sensación del agua fresca en su mano, y la propia
Helen comentaría: “De alguna manera en aquel momento comprendí de repente el
misterio del lenguaje. Supe entonces la maravilla que era la frialdad del agua
que impetuosamente cayó sobre mi mano. Aquella palabra “viva” tocó mi espíritu,
dándole luz, esperanza y regocijo”
En apenas unas horas, Helen había
aprendido treinta nuevos vocablos y desde entonces su progreso fue realmente
asombroso. Aprendió a leer “tocando”, primero usando letras a relieve, luego
con el sistema Braille.
Para enseñarle a hablar, Sullivan ponía la
mano de Helen en su garganta para que pudiera sentir las vibraciones creadas al
pasar los sonidos por la garganta. Sullivan hacía que Helen tratara de formar
estas mismas vibraciones.
Su discurso, sin embargo, seguía
siendo confuso. No fue hasta años después que, con la ayuda de la técnica de un
profesor de voz y el apoyo de Annie, Helen pudo finalmente hablar claramente.
Helen fue a la escuela de
Cambridge para señoritas desde 1896 y en el otoño de 1900 entró en la
Universidad de Radcliffe, El 28 de junio de 1904 Helen se graduó "Con
Honores" de la Universidad de Radcliffe, siendo la primera persona
sordociega en obtener un título universitario y que además podía alcanzar el
reto de presentarse y transitar en una Universidad. Ese mismo año en la
exposición de San Luis hablaba por primera vez en público.
Durante su tiempo en la
universidad Helen comenzó a escribir sobre su vida. Escribía la historia en
Braille y en una máquina de escribir normal. Fue en este tiempo que Helen y
Anne resolvieron con John Albert Macy que él debía ayudar a corregir el primer
libro de Helen ("La historia de mi vida"), que fue publicado en 1903
y aunque al principio no fuese exitoso en ventas, se convirtió más adelante en
una obra clásica. Macy se casó con Annie
Sullivan. Sin embargo, la unión no duró.
Helen y Anne iniciaron en los
años siguientes una gira de charlas y conferencias sobre sus experiencias.
Helen contaba su vida y su discurso era interpretado frase a frase por Anne
Sullivan, lo que siempre generaba sesiones de preguntas y respuestas acerca de
sus historias.
A causa de sus viajes, Helen y
Anne buscaron una nueva forma de vivir a través de sus conferencias y la venta
de sus obras literarias.En 1918 la demanda de sus obras había disminuido, pero ellas seguían viajando con más interés, mostrando las historias increíbles de Helen, como la primera vez que entendió el significado de la palabra "agua". Ese año Helen, Anne y John (Esposo de Anne), se trasladaron a Forest Hills en Nueva York. Helen usaba su nueva casa como la sede para obtención de fondos de la Fundación Americana para Ciegos.
No solo recolectaba dinero,
también hacía campañas para mejorar la calidad de vida y las condiciones de las
personas ciegas, quienes eran rechazados y erróneamente educados en asilos. Su
insistencia fue uno de los factores importantes para que las condiciones de
éstos cambiaran.
Sullivan y Keller viajaron a
Hollywood para filmar una película basada en sus vidas, básicamente por interés
económico. La película, llamada La Liberación, fue un fracaso. Pero esto no las
desalentó para tratar de ganarse la vida en espectáculos públicos de vodevil.El 20 de octubre de 1936, a la edad de setenta, Sullivan murió en Forest Hills, Nueva York, con Helen a su lado. Cuando ya había tomado medidas para que otra mujer ayudara y acompañara a Helen, quien vivió muchos años más, hasta 1968, sus cenizas fueron colocadas en la Catedral Nacional de Washington junto a las de Anne Sullivan.
En 1962 se estrenó la película El
milagro de Ana Sullivan, basada en la historia de Helen Keller y ganadora de
dos óscar.
Sullivan posteriormente recibió
el reconocimiento por sus habilidades como profesora, y en 1993 una escritora
llamada Nella Braddy publicó una biografía llamada Anne Sullivan Macy: La
Historia Detrás de Helen Keller.
Anne Sullivan fue su profesora
personal, y amiga de toda la vida. Anne le ayudó primero a controlar su mal
genio, y después le enseñó a leer, en primer lugar con el alfabeto manual
táctil y más adelante, con el sistema Braille, a escribir de forma normal y a
través de las máquinas de escribir en Braille.
A pesar de sus discapacidades,
muchos años después Helen daría discursos acerca de su vida, e incluso
escribiría libros sobre sus experiencias personales. Todo esto fue posible
gracias a la gran ayuda e influencia de su institutriz Anne Sullivan, quien le
enseñó a leer y comunicarse con los demás, junto con llevar una vida
disciplinada.
En octubre de 1961 Helen sufrió
el primero de una serie de accidentes cerebro vasculares, y su vida pública fue
disminuyendo. En los últimos años de su vida se dedicaría entonces a cuidar su
casa en Arcan Ridge.
En 1964, Helen fue galardonada
con la Medalla Presidencial de la Libertad, el más alto premio para personas
civiles otorgada por el presidente Lyndon Johnson. Un año más tarde fue elegida
como La mujer del “Salón de la Fama” en la Feria Mundial de Nueva York.
Poco antes de su muerte en 1968,
a la edad de 87 años, Helen Keller le dijo a un amigo: "En estos oscuros y
silenciosos años, Dios ha estado utilizando mi vida para un propósito que no
conozco, pero un día lo entenderé y entonces estaré satisfecha."
El primero de junio de 1968, en
Arcan Ridge, Helen Keller muere mientras dormía. Su cuerpo fue cremado en
Bridgeport, Connecticut, y su funeral se realizó en la Catedral Nacional de
Washington DC. La urna más tarde sería llevada a un lugar cerca de donde
descansaban los restos de Anne Sullivan y Polly Thomson.
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